Últimamente, ha habido algunas reacciones volátiles en la blogósfera, que ameritan un nuevo artículo sobre la cuestión de la publicación de artículos hoy por hoy. En el último artículo publicado, analizamos el caso del tristemente célebre blogger NightJack, cuyo relato valiente (y crudo, sin lugar a dudas) de sus rondas y, probablemente lo que es más revelador, de los pasillos del poder lo hizo perder su malograda carrera como blogger a manos del retador ético Times of London. Sin embargo, hoy no tenemos la suerte de poder elogiar a un ciberpaladín de espíritu tan noble. Por el contrario, hoy sacaremos a relucir los trapos sucios de la blogósfera…
A pesar de que en el último artículo sobre este tema señalé que me indignó la pérdida del anonimato sufrido por quien la mayoría de ustedes estarán de acuerdo conmigo en que era un escritor con buenas intenciones, en esta oportunidad no existe cabida para los sentimentalismos. Después de todo, cuando creas un blog con el título Skanks in NYC (Putas de la ciudad de Nueva York) y dedicas la totalidad de tus escasos y nimios artículos a ensuciar el buen nombre de una dama, bueno, se hace realmente difícil sostener el argumento “lo hice en beneficio del público”. Y cuando ocurre que esa dama tiene una imagen pública, como es el caso de la casi exitosa modelo Liskula Cohen, las oportunidades del blogger de “zafar” del embrollo son casi nulas.
Cohen amenazó con un juicio por difamación y logró que un juez de Manhattan ordenara a Google desenmascarar al blogger. Hete aquí que el blogger no era ni más ni menos que una “conocida” resentida que había tenido un amargo altercado con Cohen de una u otra forma, lo que ofrece un ejemplo esclarecedor de mezquindad social. La arremetedora envidiosa ahora amenaza con presentar una demanda contra Google por no defender su derecho a la privacidad y al anonimato en línea (¡¡¿¿qué??!!) frente a la orden de revelación de identidad emitida por la Suprema Corte de Justicia de Manhattan… ¡no sé por qué, pero algo me dice que ese juicio va a ser muy cuesta arriba!
Este episodio solo fue superado recientemente en los blogs por la inenarrable ridiculez del arresto del blogger de Nueva Jersey Hal Turner, el agente provocador del FBI que enloqueció cuando estaba por ir a juicio por la supuesta incitación a la violencia contra legisladores estatales de Connecticut y jueces federales de Illinois. Aparentemente, cuando capacitas a una persona en el “arte” de la divulgación de declaraciones exasperantes y difamatorias (supuestamente, “sin cruzar la línea”), es probable que dicha persona se vuelva difícil de controlar.
Bueno, y así pasó otro día en el fascinante universo del mundo de internet. Estos casos aún son demasiado recientes (¡y delirantes!) para que pueda formarme una opinión sólida al respecto. Los nuevos casos me permitirán escribir más sobre este tema.