En la entrada anterior abordamos el tema de las connotaciones que tienen los nombres de los animales en los diferentes idiomas. En esta ocasión, vamos a dedicarnos al universo de los alimentos, a las descripciones de estas en dos idiomas en particular y los desafíos resultantes que estos usos tienen para el trabajo de los traductores.
No hace falta adentrarse muy profundamente en los recovecos más arrabaleros del inglés y el español para dar con una gran variedad de expresiones en las que la comida o los productos gastronómicos juegan un papel central.
Al igual que en el artículo anterior, una primera aproximación al tema en cuestión arroja que los distintos dichos abarcan una serie de usos que responden a analogías, metáforas, anécdotas y -por sobre todas las cosas- arbitrariedades entre el objeto de la expresión y el significado conferido.
Para transmitir la simpleza de algo, en el español rioplatense se dice «esto es una papa». Mientras que en una buena cantidad de variedades del inglés, para dar cuenta de la facilidad de algo se suele emplear la frase «it’s a piece of cake» (es una porción de torta).
El protagonista de la película My Bodyguard (1980), un niño en edad escolar recientemente mudado a la ciudad de Chicago, se presenta ante sus nuevos compañeros de clase como Clifford Peache, apellido que se pronuncia peach (durazno en inglés), a lo que el matón de la clase comenta «I knew he was a fruit». En este contexto «fruit» constituye un término peyorativo usado para referirse a hombres homosexuales o afeminados.
Otra analogía bastante clara ocurre con el uso que se le da en inglés al adjetivo sweet (dulce), usado para caracterizar una situación muy positiva y/o conveniente, además del uso equivalente que se le da en español para caracterizar a una persona cariñosa. Asimismo, el adjetivo «salado», además de ser usado para aludir al consabido sabor, es usado en diversas variedades del español para dar cuenta de un precio elevado (en el caso del español argentino, por ejemplo), de algo o alguien gracioso o simpático (en el caso del español peninsular) o de algo o alguien desafortunado (en el caso del español de Ecuador o Venezuela, por ejemplo). Continuando con los sabores principales, se utiliza el adjetivo «ácido» para caracterizar al tipo de humor que combina lo incisivo, lo mordaz y lo hiriente.
Como vimos tanto en esta entrada como en la anterior, los animales y los alimentos constituyen claras marcas autóctonas al igual que fuertes referencias locales cuando son usados coloquialmente y representan interesantes retos para la labor de traductores e intérpretes por igual.