El portugués es una lengua romance con 240 millones de hablantes. La expansión internacional de este idioma se produjo en los siglos XV, XVI y XVII con el Imperio portugués, que extendió sus fronteras hasta Brasil, Goa, Damán y Diu, Dadra y Nagar Haveli, Macao, Timor Oriental, Cabinda, Santo Tomé y Príncipe, Cabo Verde, Angola, Guinea Bissau, Mozambique, Zambia, Etiopía y Somalía.
Hoy en día, en América, la documentación en portugués y traducida al portugués se incrementó a partir de la creación del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), el tratado de integración regional entre Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. Luego se firmó el Acuerdo Cuatro más uno con la adhesión de Estados Unidos. Con este tratado internacional se pretende articular las economías de la región para promover y facilitar el desarrollo conjunto.
Han surgido varias diferencias entre el portugués europeo y el brasileño en el vocabulario, pronunciación y sintaxis, especialmente en la lengua oral. Con un océano separando a Portugal de Brasil y después de 500 años, el portugués brasileño sufrió variantes, aunque son inteligibles, e incorporó préstamos lingüísticos de lenguas indígenas y africanas, del francés, español, italiano e inglés.
Por otro lado, el idioma portugués se asocia a la diversión, por la fama internacional que han alcanzado los famosos carnavales de Brasil y porque muchos turistas, que quieren pasar sus días de vacaciones en forma despreocupada, eligen a este país como destino turístico por la gracia de sus bailes.