Según un estudio de la Universidad Carnegie Mellon (CMU), los efectos de la discriminación de género se extienden más allá de las dinámicas sociopolíticas habituales de Estados Unidos.
Si bien la desigualdad en el trabajo sigue siendo una prioridad, las mujeres todavía se quedan atrás de sus homólogos masculinos en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM). ¿Pero por qué? ¿A qué se debe esta disparidad en la educación centrada en CTIM (STEM en inglés) y las carreras profesionales que les siguen?
Las respuestas no son claras según las investigaciones. Por eso, Molly Lewis y Gary Lupyan de CMU han llevado a cabo este estudio, para medir los efectos que la discriminación de género puede tener en el lenguaje y vice versa.
Sus hallazgos sugieren que las asociaciones lingüísticas están correlacionadas con nuestras percepciones de lo que las mujeres pueden lograr en comparación con los hombres.
Según Lewis, «las consecuencias de estos resultados son bastante profundas. Los resultados sugieren que si se habla una lengua que discrimina según el género, es más probable que haya un estereotipo que asocia a los hombres con las carreras profesionales y a las mujeres con la familia».
La discriminación de género no solo se infiltra en los rincones y recovecos de la sociedad estadounidense, sino que también parece influir fuertemente en nuestra lengua, esencialmente reforzando estereotipos e imágenes negativas en una especie de circuito de retroalimentación.
Después de todo, la pregunta es la siguiente: ¿qué causa que esta discriminación se desarrolle en primer lugar y cuándo comienza? ¿Comienza en la edad adulta temprana o se establecen las bases para la igualdad de género en la niñez?
Lewis y Lupyan examinaron el lenguaje implícito en un extenso corpus de textos para encontrar las respuestas. La idea general era señalar con qué frecuencia se asocian las mujeres con términos como hijos y familia y con qué frecuencia se asocian los hombres con términos como carrera y ambicioso.
Los investigadores descubrieron que, de hecho, parece haber un refuerzo negativo en las 25 lenguas que estudiaron Lewis y Lupyan.
Según los autores, la discriminación de género en el lenguaje no es necesariamente directa y explícita, aunque ese nivel de prejuicio se da de manera frecuente. Pero más allá de la discriminación abierta, los análisis de Lewis y Lupyan parecen señalar una correlación más frecuente entre lo que los hombres pueden lograr y lo que las mujeres pueden lograr (o lo que no pueden lograr, más bien).
Cuando existen fuertes asociaciones de género en una lengua, los estereotipos persisten y se refuerzan. Los investigadores también revelaron una relación entre las asociaciones discriminatorias y la profundidad y la amplitud del estereotipo.
Es más, los análisis de datos demostraron una relación entre la edad promedio de la población de un país y la profundidad de la discriminación de género. En resumen, los países con una población de mayor edad parecen tener estereotipos de género más fuertes y arraigados.
Investigaciones anteriores sobre el prejuicio señalaron la edad del adoctrinamiento del prejuicio a los dos años, cuando los padres seleccionan ropa y juguetes específicos para cada género. Pero las consecuencias más importantes repercuten más allá de la infancia, y con el advenimiento de la tecnología de la información, la desigualdad de género puede estar esencialmente incorporada en los motores de búsqueda y los algoritmos de las redes sociales.
Como dice en resumen Lupyan, «nuestra investigación demuestra que las estadísticas predicen los prejuicios implícitos de las personas – los hablantes de lenguas con mayor discriminación de género son los que más discriminan por género. Los resultados están correlacionados, pero la relación persiste bajo varios controles y sugiere una influencia causal».
Más adelante, otros estudios longitudinales deberían llevarse a cabo para investigar si los resultados de Lewis y Lupyan se mantendrán ante la evaluación de sus pares.
En términos de traducción entre lenguas, a medida que nuestro mundo del siglo XXI se vuelve cada vez más consciente de la marcha colectiva hacia una sociedad más equitativa, donde los prejuicios de género se convierten en una cosa del pasado y donde el lenguaje se vuelve más inclusivo, corresponde a los traductores abrazar este progreso y reflejarlo en su trabajo de la mejor y más apropiada manera posible.
Estas son las lenguas ordenadas según el nivel de discriminación de género que prioriza a los hombres. Los resultados podrían sorprenderte.
- danés 14. finés
- alemán 15. francés
- noruego 16. coreano
- neerlandés 17. español
- rumano 18. indonesio
- inglés 19. árabe
- hebreo 20. japonés
- sueco 21. croata
- mandarín 22. turco
- persa 23. filipino
- portugués 24. polaco
- hindi 25. malayo
- italiano