Si bien la historia de la traducción se remonta prácticamente a los inicios de la expresión escrita, principalmente durante el siglo XX esta profesión (junto con muchas otras) se vio obligada a adoptar un marco más formal en su ejecución, como consecuencia de la globalización y demás variables. Así, surgió la necesidad de contar con traductores e intérpretes altamente capacitados y con amplia experiencia. Sin embargo, aún está extendido en varios ámbitos que “cualquier persona bilingüe puede desempeñarse en estas tareas”. Veamos por qué esto no es así:
Existen tres factores principales que caracterizan la formación y el trabajo de estos profesionales: varios años de estudio, formación y experiencia, amplia variedad de campos de especialización y, sobre todo, el esfuerzo mental que supone una actividad de estas características. En muchos casos, la pericia del traductor o del intérprete es fundamental para resolver cuestiones de otras índoles: una buena traducción puede lograr un diagnóstico médico correcto, resolver una disputa internacional o transmitir mensajes claves para la seguridad nacional.
Además de tener un nivel experto o bilingüe de dos o más idiomas, la preparación del traductor o el intérprete requiere un mínimo de entre cinco y diez años de estudio, que en realidad nunca concluye, porque se sigue aprendiendo y perfeccionando los conocimientos a medida que se suma experiencia. Por lo general, los profesionales de esta área no cuentan solo con un título de grado, sino que continúan realizando otros cursos y muchos obtienen títulos de posgrado. No solamente es de cardinal importancia la comprensión del texto o discurso fuente, sino la excelente expresión escrita u oral.
Por otra parte, de la misma manera en que los médicos se especializan en neurología o traumatología, o los abogados en derecho penal o derecho de familia, por nombrar algunos ejemplos, los traductores e intérpretes se especializan en numerosísimos campos (muchas veces, en más de uno) que permiten garantizar una mayor precisión y corrección del producto final.
Otros factores que son muy importantes y que son muy difíciles de obtener fuera de un marco de estudio formal son: la concentración, que les permite mantener un óptimo desempeño más allá de las circunstancias que lo rodeen; la sensibilidad cultural, clave a la hora de adaptar diferentes contenidos a públicos diversos; las habilidades interpersonales, que juegan un papel muy importante en la transmisión de un mensaje; y las habilidades de investigación, que les permiten prepararse por su cuenta para hacer frente a temas nuevos.
Sin toda la preparación mencionada, es muy difícil lograr un trabajo de calidad. Por eso, si necesita realizar una traducción, no recurra a improvisados: confíe esta tarea a traductores profesionales.