¿Es suficiente conocer dos lenguas para desempeñarse exitosamente como traductor? ¿Cuál es el nivel necesario de conocimiento para hacerlo? ¿Cuál es el grado de especialización con el cual debe contar el traductor? Son algunas de las preguntas a las que nos enfrentamos a la hora de elegir a un traductor.
Para empezar, no, no es suficiente el manejo lingüístico de dos o más lenguas para ser un buen traductor. Hay muchas otras aptitudes con las que se deben contar como por ejemplo una excelente comprensión de textos, redacción y creatividad. No debemos olvidar que la tarea del profesional es traducir ideas y no palabras.
Otro tema importante a considerar al momento de elegir un traductor es el conocimiento con el que cuenta el mismo sobre el área del documento a traducir. La carrera de Traductor se dicta en universidades y terciarios a nivel mundial. Las universidades y los institutos terciarios forman a los profesionales no solo en el manejo de las lenguas, como mencionamos anteriormente, sino también los instruyen sobre la cultura de los distintos países, las técnicas necesarias de investigación terminológica y el conocimiento específico de áreas tales como: economía, informática, medicina, legal, entre otras.
Incluso existe la posibilidad de especializarse en estas áreas. El denominado “traductor público” es aquel profesional que se dedica a la traducción de documentos legales, como por ejemplo, partidas de nacimiento y defunción. Por otra parte el traductor científico-literario se especializa en la traducción de documentos técnicos, manuales, páginas web, cuentos y novelas, entre otros.
Por supuesto, mientras más conocimiento posea el traductor sobre el área en particular, mejor será la traducción resultante. De todas formas la investigación constante es una tarea imprescindible para un traductor ya que las lenguas son, después de todo, organismos vivos que crecen y se modifican constantemente. Por lo tanto, un factor importante a tener en cuenta es cuan informado está el traductor sobre los últimos avances en su área de especialización.
En conclusión, traducir implica mucho más que conocer dos idiomas ya que el traductor más que un puente entre distintos idiomas lo es entre distintas culturas.