No sucede muy seguido, pero ocasionalmente se da que un documento a traducir es enviado en formato MS Publisher (.pub). Esta herramienta pertenece al paquete de Microsoft Office, y es la principal aplicación del mismo al momento de crear documentos que requieran DTP (por DeskTop Publishing en inglés). Si bien resulta muy limitado al compararse con otros programas para la creación de documentos que requieran una posterior publicación (como el InDesign o el Quark), es muy útil para principiantes o para crear volantes, panfletos u otros gráficos más simples.
Lo que desfavorece al Publisher con respecto a otros programas es que no es compatible con herramientas de traducción asistida. Si bien tiene una opción para exportar el texto a MS Word, lo hace en texto plano, perdiendo referencias de las imágenes o del contexto mismo. Lo ideal es pasar primero el archivo a formato PDF y luego convertirlo a Word (aquí encontrará detalles para realizar esta conversión). Para este proceso lo ideal sería utilizar el Adobe Reader. También es importante realizar una pre-edición para verificar que no haya saltos de texto ni otros errores de conversión.
Si bien algunos optan por traducir directamente desde el documento, lo cual es viable también, hay que tener en cuenta que al hacer eso se pierden todos los beneficios de trabajar con una herramienta de traducción (repeticiones, mantener una TM, posibilidad de armar un glosario automático, trabajar a dos columnas, etc.). En caso que el documento cuente con pocas palabras, puede resultar más veloz hacerlo desde el documento, pero algunos archivos Publisher llegan a tener hasta más de veinte páginas.
La parte tediosa es cuando se debe reemplazar el texto original por el traducido. En el Publisher se trabaja en cajas, por lo que el espacio es limitado; si hay expansión de texto se debe disminuir el tamaño de la fuente (salvo que se pueda ampliar el espacio de área de texto). En esta instancia la posibilidad de contar con el texto ya traducido es un plus, ya que se puede disminuir el tamaño de la fuente antes de pegarla y así asegurarnos de que nada quede cortado o fuera del área de texto.
Por supuesto, siempre es necesaria una lectura de revisión final, tras la cual tendremos el archivo Publisher traducido, con un glosario y una memoria de traducción.