El villano principal resulta ser el padre del héroe de la saga. El protagonista estuvo muerto toda la película. El astronauta extraviado se da cuenta al final de que nunca abandonó la Tierra…
Si hay una palabra tomada del inglés que en los últimos años se ha infiltrado de manera eficaz en el español, es spoiler. Está de moda, aparece en todas las páginas de cine, la usamos todos, incluso si no sabemos inglés.
En la mayoría de los casos, la palabra aparece como un préstamo del inglés. Por ejemplo: «Alerta, spoiler«. Hay personas que la emplean directamente como un calco del inglés: «¡No me spoilees el final de la película!». Y a pesar de toda norma que obrara en defensa del buen uso y la pureza del español, spoiler ya se ha hecho ubicua en todas las formas léxicas y gramaticales del idioma. Qué hacer con ella, entonces, es materia de debate.
Muchos consideran que lo mejor es utilizar la palabra tal como viene del inglés y no traducirla, ya que muchas de las traducciones suenan forzadas o poco naturales. Otros, los más puristas, opinan lo contrario. Para la RAE, por ejemplo, la mejor opción es destripe. De hecho, esta palabra existe en el diccionario con esta connotación desde hace muchos años: coloquial, Interrumpir el relato que está haciendo alguien de algún suceso, chascarrillo, enigma, etc., anticipando el desenlace o la solución.
Existen otras opciones dando vuelta en Internet para describir a la persona que revela finales inoportunamente, algunas bastante curiosas, algunas pintorescas; otras, poco afortunadas: robagracias, matafinales, quitagracias, aguafiestas, finiquitador, desentrañante, jodefinales, arruinador, destripador.
Otra alternativa es hacer una adaptación. Por ejemplo, podemos traducir «spoiler alert» como «Se revelan detalles de la trama y el final» o alguna advertencia similar.
La cuestión con este tipo de extranjerismos es que se convierten rápidamente en íconos de la cultura popular y es difícil revertir la tendencia de uso. Si nos encontramos con esta palabra en un texto, el traductor deberá tomar la decisión de cómo traducirla dependiendo de dónde aparece la palabra y quién es el destinatario. Si es un texto que aparecerá en una revista de cine, lo ideal sería no traducirla, incluso ni siquiera escribirla en cursiva. En caso de que sea para una publicación lingüística, lo mejor será buscar una traducción que se ajuste al lector.
En Trusted Translations, creemos que el lenguaje no se rige con reglas inmutables. Puede flexibilizarse para poder adaptarse con el objetivo de que la traducción respete lo más posible el texto fuente y el mensaje no sufra alteraciones.