Dada la evolución tecnológica actual, la gama de documentos y archivos que requieren procesarse a otros idiomas aumenta a la par. Quien deba encargarse de tal labor debe encontrarse en condiciones de recibir cualquier tipo de archivo sin importar la extensión del mismo si es que no quiere limitar su rango de posibilidades laborales. Uno de los archivos más comunes (y posiblemente de los más ignotos) son los archivos “properties”, conocidos como .properties (así es, rompiendo el esquema de los cuatro caracteres).
¿Por qué no son tan conocidos? Es simple, almacenan la configuración de parámetros que por lo general se utilizan en archivos Java, por lo que contienen información específica de la estructura de la aplicación misma. Pero hoy en día, con todas las mejoras que hay en las herramientas de traducción asistida, el riesgo de modificar esta estructura debería ser mínimo.
Debe tenerse en cuenta la codificación de caracteres para cada idioma para una correcta visualización del texto, por lo general la gente que trabaja con idiomas romanizados está acostumbrada a la utilización de una codificación Unicode con cierto ISO, pero no resulta de la misma forma en los idiomas asiáticos. De todas formas, herramientas como Trados deberían reconocer la información (en ocasiones, se requeire de una modificación específica en su configuración). Y otras herramientas tales como Memsource pueden discriminar los segmentos que deben permanecer estables del texto a modificarse, permitiendo un proceso de traducción libre de dolores de cabeza para el traductor asegurandose que el desarrollador no deba realizar un trabajo de reconfiguración o corrección de caracteres extra.
Por supuesto que este tipo de archivo es parte de la estructura de una aplicación, pero de suma importancia, ya que debe ser el primer paso. Resulta imprescindible utilizar un glosario para el mismo o almacenar los segmentos en una memoria ya que los términos implementados deben ser los mismos que se utilizan posteriormente en la aplicación misma. Cualquier terminología específica debería ser comunicada y entregada con anticipación. Muchas veces, para realizar actualizaciones, sólo es necesario replicar la memoria en el archivo actualizado (como con cualquier documento del paquete Office) para diferenciar las actualizaciones de las cadenas de caracteres que se mantienen.
A medida que la tecnología avanza el ambiente de las traducciones y localizaciones deben mantenerse a la par. Si no se le sigue el ritmo toda esta evolución se vería reflejada sólo en alguna porción parcial del mundo. Poder traducir este tipo de archivo permite un acceso global a la cultura.