Cómo pueden influir las traducciones en el desarrollo del pensamiento económico

Por un lado, uno de mis pasatiempos es leer libros de economía, a pesar de mis estudios en biología. Estoy seguro de que esta relación surge de mi interés en la neurobiología y la psicología, que se inclina hacia la sociología y termina en la economía.

Por otro, no puedo evitar leer libros y artículos desde la perspectiva de alguien que ha dedicado sus últimos años profesionales al sector de la localización.

No es necesario entrar en la discusión que últimamente ha tenido mucho revuelo a través de la declaración de Larry Summers en New York Times que postula que el ámbito académico debe emplear el inglés como idioma oficial. Al leer el libro de Nicholas Wapshott, Keynes and Hayek: The Clash That Defined Modern Economics, encontré dos párrafos en los que me detuve a pensar en la importancia de nuestro sector.

El primero me produjo sorpresa al saber que hace cien años los economistas de habla inglesa no sabían que existía la escuela de pensamiento austríaca, pues la mayoría de los libros y artículos estaban en alemán y nunca se tradujeron al inglés. Lo opuesto ocurrió con los economistas de habla alemana, que entendían inglés y leyeron con entusiasmo toda la literatura en ese idioma. ¿Esa brecha idiomática fue positiva? Es difícil responder esa pregunta. Si miramos el lado positivo, podemos pensar que este hecho dio lugar al desarrollo de diferentes teorías que más tarde alimentarían la oposición. Las economías británicas se centran más en una visión mercantilista impulsada por el comercio; las economías austríacas se centran más en ciclos de inversiones y ciclos comerciales.

El segundo me sorprendió al saber que, al mismo tiempo, The Economic Consequences of the Peace de Keynes fue un éxito de ventas tal que después de ser inmensamente exitoso entre el público de habla inglesa inmediatamente se tradujo al francés, español, italiano, flamenco, holandés, rumano, ruso e incluso al japonés y al chino. Además, después de vender alrededor de 100.000 libros se tradujo al alemán, lo que definitivamente tuvo influencia en Hayek y sus colegas de Viena.

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Traducción del orginal de Sven O.