En el siglo XIX, la traducción ya es un trabajo realizado por profesionales y no ya por cultos amantes de la literatura, la ciencia o la religión. Veamos la vida de una colega reconocida.
George Eliot, la máscara de una mujer fuera del modelo victoriano
Mary Anne Evans (1819-1880) nació en una granja británica protestante y tras leer numerosas obras sobre teología, encontró inconsistencias. En este momento, Mary Anne se dio cuenta de que no tenía el perfil de madre. Es que la estricta norma victoriana para una mujer era ser madre, esposa, ferviente devota religiosa y trabajar como ama de casa. Hacia fines de 1841, Mary Anne ya era agnóstica.
En 1844, Mary Anne tradujo Das Leben Jesu de Friedrich Strauss del alemán al inglés. La traducción le insumió dos años y el autor quedó sorprendido por la precisión. Mary Anne recibió ₤ 20 por los dos años de trabajo. En 1846, John Chapman publicó esta traducción.
En 1849, falleció el padre de Mary Anne, devoto protestante. En 1850, John Chapman le solicitó hacer una crítica literaria para el periódico The Westminster Review. Mary Anne se mudó a la casa de Chapman, ubicada en Londres, en donde vivía con su esposa y su amante. Pronto Chapman y Mary Anne se convirtieron en amantes, pero Mary Anne no fue aceptada por las otras dos mujeres, por lo que tuvo que mudarse.
En 1851, John Chapman necesitaba una editora para The Westminster Review. Mary Anne aceptó el trabajo sin recibir sueldo a cambio. En sus dos años de trabajo, conoció al periodista George Lewes, casado con Agnes Jervis solo en los papeles, porque en los hechos, Agnes era la amante de uno de los mejores amigos de George, con quien tuvo cinco hijos. George y Mary Anne se enamoraron, pero mantuvieron su relación en secreto.
En 1854, Mary Anne tradujo la obra de Ludwig Feuerbach Essence of Christianity. Al finalizar la traducción, Chapman le solicitó que volviera a trabajar al periódico para estar a cargo de una sección sobre crítica literaria. George la alentó a escribir ficción y en 1856, escribió lo que sería Scenes of Clerical Life, publicado con el seudónimo George Eliot. Mary Anne deseaba ser tomada como una escritora en serio, y no romántica (como las novelistas de su época), por eso eligió un seudónimo: George, por su gran amor y Eliot, porque era fácil de pronunciar. Además su nombre real para este entonces ya era conocido y se asociaba a la controvertida relación que mantenía con Lewes. George Eliot le permitía a Mary Anne recibir críticas basadas en su trabajo y no en su vida privada.
Scenes of Clerical Life fue un éxito rotundo y el comienzo de su brillante carrera como escritora. En 1859, se publicó Adam Bede. Una vez que la Reina Victoria elogió esta nueva obra, las ventas se dispararon. Pronto se divulgó la verdadera identidad de George Eliot. Siguió escribiendo durante los siguientes 16 años y ganó una fortuna con su trabajo. Solamente su obra Middlemarch le dejó a Mary Anne ₤ 9000.
Cuando falleció Charles Dickens en 1870, George Eliot (Mary Anne Evans) fue declarado el mejor escritor británico del momento.