Por más extraño que suene, la densidad de información es un término aceptado por la comunidad académica para describir la cantidad de información que puede ser codificada en los elementos del lenguaje. Es una medida de la cantidad de información transmitida por una palabra, sílaba o sonido singular.
¿Alguna vez escucharon hablar a un italiano? Seguro que sí. A un nativo del idioma inglés le parecerá que está hablando increíblemente rápido. ¿Y oyeron hablar a un chino? En comparación, al mismo nativo del inglés le sonará lento, como nadar contra la corriente en un río de miel. Sin embargo, según un estudio reciente de investigadores de la Universidad de Lyon, los dos idiomas transfieren la misma tasa de ideas por segundo.
La diferencia es que el italiano tiene una densidad de información mucho más pequeña.
Este fenómeno es fácil de observar en los textos escritos, sobre todo en Estados Unidos, donde abundan los documentos bilingües (en español e inglés). El español, que tiene una densidad de información nominal de 0,63, produce líneas y párrafos mucho más largos y párrafos que el inglés, cuya densidad de información es de 0,93.
Las ideas de romper una barrera y huir (break free) pueden condensarse en cinco palabras en inglés, mientras que los franceses darán algunas vueltas más al respecto.
Esta diferencia entre las lenguas constituye una de las frustraciones más comunes acerca de la traducción: páginas traducidas entre idiomas de diferentes densidades de información tendrán desbordamiento en cuadros de texto, más páginas, más espacios en blanco, tablas ilegibles, etc. Estos pueden provocar un aumento en los costos de impresión, el incumplimiento de las normas de accesibilidad, diseños rotos, legibilidad disminuida, asuntos estéticos y muchos otros inconvenientes.
Hay muchas técnicas para evitar este problema, pero la mayoría de las veces deberá llegarse a algún acuerdo para que no se pierda la información o se arruine la legibilidad. Dado que esta es nuestra lucha diaria y nuestro éxito abrumador en resolver riesgosas situaciones lingüísticas y de maquetación (o DTP, Desktop Publishing), podemos decir con confianza que siempre vamos a ofrecer la mejor solución posible.