La traducción automática no es la única actividad donde hay una relación inversamente proporcional entre calidad y velocidad. Las medidas para estimar el tiempo son claras y se aceptan universalmente. Pero no es el caso de las medidas para la calidad. Sin embargo, es posible clasificar en términos generales la calidad de las traducciones realizadas por personas o por máquinas.
También, creo que después de reflexionar un poco la mayoría de las personas estarían de acuerdo en que la relación inversamente proporcional no es lineal. Es decir, en general trabajar el doble de tiempo en una traducción no significa que duplicará su calidad. Muy rápidamente los beneficios son menores, y se vuelve cada vez más difícil mejorar la traducción.
Visto desde otro punto de vista, no es difícil generar una traducción casi instantáneamente, pero de pésima calidad. El interrogante es si tiene sentido hablar de “logar el equilibrio correcto” en este contexto. Creo que tiene sentido, pero el equilibrio correcto será diferente según el tipo de documento.
Entre otras cosas, las computadoras corren con una gran ventaja sobre los seres humanos: no se estresan, ya sea por los plazos de entrega u otras consideraciones. Si le dice a la máquina qué desea que haga, ella realizará la tarea tan rápido (o tan lentamente, vale para ambos casos) como pueda. Por lo tanto, para proyectos contrarreloj puede ser la mejor herramienta para lograr el objetivo. Aunque el resto de los participantes en la cadena se sientan presionados, al menos la etapa de traducción tendrá un costo uniforme en tiempo y calidad.
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Traducción del original de Pablo A.