No es casual el uso de un neologismo en el título de esta entrada, sino que de hecho la palabra online encabeza este post (¡ejem!) precisamente por su extendida presencia en el habla española de estos últimos años. La difusión cada vez mayor en el español de neologismos y de palabras prestadas de otras lenguas propició la creación de un banco de estos términos a cargo del Instituto Cervantes.
No es la primera vez que reseñamos en este espacio las herramientas que la institución cervantina pone a disposición de los usuarios. En esta ocasión, el Banco de neologismos permite utilizar un motor de búsqueda que indaga en listas de neologismos confeccionadas entre los años 2004 y 2010. Cada término (en español o también, gracias sobre todo a la colaboración de la Universitat Pompeu Fabra, en catalán) viene acompañado de un ejemplo de su uso en contexto, de información gramatical y tipográfica pertinente y de una indicación respecto de su corpus de procedencia.
Además, el Banco de neologismos nos da acceso a una lista completa de términos por año de incorporación. Esto resulta especialmente útil si uno desea formarse una idea acerca del transcurrir de «tiempos lingüísticos» para la aceptación de palabras nuevas.
Como señalan sus responsables, la lista de neologismos «no posee un carácter valorativo», sino que, por el contrario, «tiene un propósito de inventario etiquetado a partir del cual los investigadores pueden establecer diagnósticos y realizar trabajos analíticos sobre el uso y la implantación de los neologismos en español y en catalán». Queda entonces a criterio del traductor, o del redactor sin más, la decisión respecto del uso de uno u otro término, sancionado o no por la Real Academia Española.