La celebración de Año Nuevo se festeja el 1.º de enero según el calendario gregoriano, que es el que se sigue en el mundo occidental hoy en día.
Tradicionalmente, el calendario romano comenzaba el 1.º de marzo. En el año 47 a. C., Julio César modificó el sistema al crear el calendario juliano, en el que el año comienza el 1.º de enero. Posteriormente, el calendario gregoriano mantuvo la costumbre.
En la actualidad, la celebración de Año Nuevo es una de las principales celebraciones en todo el mundo. Además, gran parte de las discotecas realizan fiestas para celebrar la llegada del nuevo año.
En la cultura de Hispanoamérica existe una gran variedad de tradiciones y supersticiones para estas fechas, como forma de augurios para el año entrante. Una de las más difundidas es descorchar una botella de champán a las 0:00 del 1.º de enero.
La fiesta de Año Nuevo está íntimamente relacionada con la celebración de Nochebuena, Navidad y Hannukah. Debido a la cercanía entre todas estas fiestas es que en gran parte del mundo se considera a la última semana del año como inicio del período de vacaciones, ya sea de invierno (en el Hemisferio Norte) o de verano (en el Hemisferio Sur).
Según la tradición judeo-cristiana, el 1.º de enero coincide con la circuncisión de Cristo (al octavo día de su nacimiento), cuando recibe el nombre de Jesús (según el Evangelio de Lucas 2.21).