La relación entre el AM (Account Manager, o Gerente de Cuentas) y el PM (Project Manager, o Gerente de Proyectos) es similar al trabajo conjunto entre un arquitecto y un ingeniero para realizar un pedido de un cliente. Para entender este concepto, vamos a ponernos en los zapatos de cada uno de estos protagonistas:
Soy un empresario que quiere construir un edificio para mi compañía. Por más que pueda tener algunas nociones básicas sobre opciones, costos y materiales de construcción, lo cierto es que debo contratar a alguien calificado y con experiencia para llevar a cabo la idea que tengo en mi mente. Un edificio que con solo verlo genere una impresión positiva de mi empresa, que tenga ambientes amplios y con mucha luz natural, buenas vistas y distribuciones. Y por supuesto, lo antes posible ya que se debe operar cuanto antes, y que se pueda economizar tanto en materiales como en mantenimiento.
Ahora soy el arquitecto, quien toma nota de los requisitos, tiempos y presupuesto del cliente, y enseguida me pongo a diagramar las distintas opciones para lograr un resultado lo más cercano a lo que el cliente imaginó. En mis bocetos se ven las vistas majestuosas del edificio y sus pisos bien iluminados, la amplitud, pocas paredes y columnas donde predominan los ventanales, vegetación interior y exterior, una entrada alucinante con fuentes de agua y ambientes minimalistas y cálidos. Una construcción sencilla pero efectiva, amplia pero económica, y de rápida ejecución. Suena ideal, pero es el ingeniero el que tiene la última palabra, ya que es él quien va a confirmar o no que todo el proyecto es físicamente viable y tan simple y económico de llevar a cabo.
Soy el ingeniero. Veo los bocetos y me gusta la estética, pero tengo varias observaciones. Toda el área de recepción necesita más columnas y paredes, o el edificio pierde estabilidad. Lo mismo con los cimientos, se necesita el doble del presupuesto para hacerlos bien firmes debido a la pobre topología del terreno. Los materiales elegidos son lindos pero requieren mucho mantenimiento y aun así, duran poco. “Lo barato sale caro”, insisto. Es preferible gastar un poco más y tomar más tiempo en la construcción para evitar problemas que a la larga podrían no tener reparación más adelante.
No todas las agencias de traducción usan el modelo AM-PM, pero en Trusted Translations apostamos a esta fórmula ya que es una relación que se basa en el equilibrio, donde el AM transmite las necesidades y deseos del cliente y le da un adelanto de lo que podría costar y demorar un proyecto, y es tarea del PM analizar las cuestiones técnicas y administrativas para finalmente consensuar los pasos y requerimientos del proyecto para que el cliente obtenga un resultado de calidad sin desatender la idea original ni las limitaciones que puedan existir.
Los factores determinantes para cotizar un proyecto de traducción son la cantidad de palabras, los pares de idiomas, la naturaleza de los documentos a traducir (¿Necesitan preparación previa, o ajustes de DTP posteriores? ¿Requieren pre-editing?).
Cada proyecto es una historia distinta, es por esto que es fundamental la comunicación cliente-AM-PM para lograr óptimos resultados.