El hawaiano es un idioma que forma parte de las lenguas polinésicas, y está relacionado con el rapa nui hablado en la Isla de Pascua, y el maorí hablado en Nueva Zelanda. Son islas distantes en el Pacífico, pero lo que tienen en común es que fueron pobladas por los mismos colonizadores polinesios que plantaron sus antiguos idiomas nativos asiáticos y dejaron que cada cual siguiera su propio curso evolutivo.
El hawaiano es junto con el inglés la lengua oficial del estado de Hawaii (Estados Unidos), un archipiélago que comprende cientos de islas. Posiblemente la palabra hawaiana más conocida es “aloha”, que es usada tanto para decir “hola” como “adiós”, aunque su traducción literal es “presencia de la respiración” (alo = presencia, ha = respiración). También significa “amor” y/o “afecto”. Ahora, la existencia de esta lengua parece tener la misma ambivalencia que la palabra aloha: no está claro si se está yendo (desapareciendo) o viniendo (siendo reincorporada por los hawaianos). ¿Por qué? Desde que las islas empezaron a ser exploradas por los europeos a partir del siglo XVIII, esta lengua comenzó inmediatamente a ser influenciada por los idiomas de los visitantes. Y peor que esta “contaminación” lingüística fue la drástica disminución de sus hablantes, resultado de las enfermedades llevadas por los europeos. Para complicar aún más el panorama, a partir de 1900 el gobierno ilegalizó esta lengua, e incluso los mismos nativos fomentaron en inglés a las nuevas generaciones, llevando el idioma a una vía de extinción. La única excepción fue la isla de Ni’ihau, que se mantuvo aislada y logró preservarlo.
Hoy en día afortunadamente las cosas han cambiado, el hawaiano es promovido y popularizado, siendo de hecho uno de los principales encantos de estas islas paradisíacas, donde los habitantes pueden volver a decir orgullosamente ¡aloha! mirando hacia el futuro.