Sí, el monstruo de la Gramática Prescriptiva se ha erguido ante nosotros y, realmente, eligió un buen momento para hacerlo: la jura del primer presidente afroamericano de los Estados Unidos. Para aquellos que miraron por televisión la jura del Presidente Obama, estoy segura de que consideraron que fue raro, ridículo, una vergüenza o simplemente extraño que el Presidente del Tribunal Supremo de los Estados Unidos, uno de los especialistas constitucionales más experimentado y erudito del país y la máxima autoridad de la Corte Suprema, que es el organismo encargado de la revisión constitucional, arruinara su jura de 35 palabras, que según Steven Pinker se encuentran dentro del grupo de palabras “más sabidas de la Constitución”. ¿Cómo pudo el Presidente del Tribunal Supremo de los Estados Unidos cometer un error en esta jura tan breve como clara y casi seguramente practicada, atesorada en el documento sagrado del cual justamente él (después del presidente, probablemente) es la máxima autoridad encargada de su conservación y cumplimiento?
Bueno, según Steven Pinker (Presidente del panel de uso de The American Heritage Dictionary y profesor de Psicología en Harvard), el Presidente del Tribunal Supremo de los Estados Unidos Roberts tenía tal lavado de cerebro y estaba tan intimidado por el monstruo de la Gramática Prescriptiva que su “editor interno invalidó cualquier instinto que pudiera tener hacia un construccionismo estricto y corrigió en forma unilateral la Constitución al ubicar el adverbio “con lealtad” (faithfully) detrás del verbo. El Presidente del Tribunal Supremo de los Estados Unidos Roberts literalmente “metió la pata” en la jura porque, aparentemente, su amplio condicionamiento social producto de la educación católica y de las instituciones elitistas no le permitiría utilizar un adverbio entre el auxiliar y el verbo correspondiente, porque esto no es posible en latín, sí, en latín. La afinidad elitista hacia el latín dentro del mundo anglosajón, especialmente entre los católicos, forzó tanto a niños como a adultos a no utilizar adverbios entre las dos partes del verbo que componen el verbo en infinitivo del inglés, por ejemplo, “to bungle” (cometer un error). Esta regla absurda se aplicó, en forma aún más absurda, a los auxiliares del verbo, por ejemplo, “will bungle faithfully” en vez de “will faithfully bungle”.
Pinker explica que si bien es falsa la supuesta incorrección gramatical de la separación del infinitivo (o de verbos), “se abrió camino en The Texas Law Review Manual on Style, que es la autoridad respecto del uso del idioma en muchas publicaciones legales”. Y ahora, desafortunadamente, el monstruo de la Gramática Prescriptiva encontró el camino para llegar al Capitolio de los Estados Unidos para erguir su cabeza fea, repugnante y despreciable en frente del Presidente y su familia, los millones de asistentes, y probablemente cientos de millones de espectadores que miraban la ceremonia por televisión. ¡¡Que el Presidente Obama y el Secretario Duncan venguen este momento histórico arruinado asesinando al monstruo de la Gramática Prescriptiva con las nuevas espadas de sus políticas, por el honor de nuestro 44.º Presidente y, lo que es más importante, por la creatividad, la libertad y el bienestar psicológico de las jóvenes y futuras generaciones de estadounidenses!!